Rosa María, una sobreviviente a intento de feminicidio

Juan David Castilla Arcos. Xalapa. Rosa María estuvo al borde de la muerte. Fue torturada, intentaron cortarle un dedo de la mano y parte de una de sus orejas.

Su novio enloqueció, enfureció, la golpeó e intentó asesinarla, el pasado 11 de diciembre, en el domicilio de su abuela, en el municipio de San Andrés Tlalnelhuayocan, mismo que colinda con la capital del Estado.

La mujer se encontraba sola cuando el sujeto llegó y la atacó. Ella llamó al 911, le dijeron que la policía llegaría en 20 minutos, pero no fue así, tardaron siete horas.

Ese tiempo fue una “pesadilla” para ella. Nunca creyó que quien decía amarla intentara matarla.

Lo conocía desde hace 20 años, pero llevaban poco en la relación sentimental.

Rosa María estuvo hospitalizada tres días por las heridas que le ocasionó el violento sujeto.

Tuvo que acudir a un refugio de atención a víctimas de violencia, donde permaneció durante un mes, pues había interpuesto la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado (FGE).

Ella forma parte de dos grupos: uno de víctimas de violencia feminicida y otro de víctimas de violencia extrema. Ambos han crecido de manera preocupante durante los últimos meses.

A su juicio, ninguna mujer está exenta de parecer este tipo de violencia.

La investigación de su caso está estancada, pues a su juicio se han atravesado los periodos vacacionales.

Este tipo de casos muestran que no hay nada qué festejar durante el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres.

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